domingo, 22 de octubre de 2017

LAS COBERTURAS Y CHOCOLATES















LOS DISTINTOS TIPOS DE CHOCOLATES

   Antes de empezar a hablar de las diferentes variedades que de estas existen, se hablará de su componente base, el cacao, que es el fruto del cacaotero y que se cultiva en' países de clima tropical: Africa Ecuatorial, Brasil, México, Guatemala, Venezuela, Las Antillas y Asia.

    Se presenta en el mercado en forma de almendras encerradas en vainas; estas vainas, que contienen de veinte a cuarenta semillas, se tuestan y muelen junto con las almendras o granos, obteniéndose un cacao de inferior calidad.

   Pero vayamos a los pasos más importantes hasta obtener un chocolate de excelente calidad, pasos artesanos, dejando a un lado la fabricación de las grandes empresas y los medios más sofisticados de elaboración, donde las grandes máquinas automáticas suplantan el trabajo de los artesanos.

    En primer lugar, y como uno de los pasos decisivos a la hora de obtener un cacao de excelente aroma, se encuentra la torrefacción. La sabiduría del obrero verificará el grado adecuado en el que deben tostarse los granos. A continuación, hay que machacar los granos con dispositivos especializados, que trituran y separan la cáscara del grano.

    Una segunda fase importante es la obtención de la pasta que guarda cierto parecido con el producto final. En primer lugar se realiza la molienda: en unos cilindros se somete a los granos enteros a un calor intenso y a enormes presiones, al mismo tiempo que se efectúa la mezcla de cacaos (normalmente de dos procedencias diferentes, como por ejemplo, venezolanos y cingaleses); esto se transforma en pasta y a continuación se licúa la manteca de cacao, que es un lípido característico del grano del que supone un 50 por 100 de su peso y que contribuye de forma prioritaria a la realización del chocolate, etapa ésta denominada de prensado.

    De esta mezcla (pasta y manteca de cacao licuefacto) y tras su filtración, purificación y solidificación, aparecen dos clases de bloques compactos: uno de cacao puro y otro de manteca de cacao, de cierto parecido a la mantequilla.

   Después de esto se reúnen en unas tinas los elementos básicos de la composición: pasta, manteca de cacao, azúcar y vainilla. Se obtiene así una masa untuosa pero sin delicadeza.

    Es ahora cuando hay que hacerla más sutil, para lo cual la introducimos en un bocarte, donde los cilindros de granito dan vueltas en sentidos opuestos, del que se obtiene una mezcla cuyos fragmentos se reducen a ínfimos átomos. El conchage, que baña cada partícula de pasta, intenta afinarla más con manteca de cacao.

    El chocolate permanecerá aquí tres o cuatro días para que repose y salga puro como el agua.

   Por último, se almacenará en lebríllos a una temperatura de 50 T, para reducir esta temperatura progresivamente hasta los 30 T, momento en que adquiere la fluidez ideal para trabajar con él.

    La almendra de cacao se compone aproximadamente de:

            Materias grasas                                               50%
            Materias azoadas                                            17%
            Materias amiláceas                                           7%
            Agua                                                                 8%
      Teobromina                                                       2%
Sales diversas                                                  6%

                                                                
Definición

Coberturas
  
    Son una mezcla de pasta de cacao y azúcar. A veces, también manteca de cacao.
    La cobertura amarga se distingue porque no lleva azúcar.
   En pastelería se utilizan normalmente tres tipos de coberturas: la negra, con leche y la blanca; esta última está compuesta de manteca de cacao, leche en polvo y azúcar.
(Sustancia análoga a la cafeína en el café y a la teína en el té.)

Chocolates

    Son la mezcla homogénea y variable de cacao descascarillado con pasta o polvo de cacao y azúcar, añadiendo o no manteca de cacao.

Sucedáneo de chocolate

    Con presentación y. aspecto susceptible de confundirse con el chocolate; pero, a diferencia de éste, se ha sustituido total o parcialmente la manteca de cacao por otras grasas vegetales comestibles.

Denominaciones

Chocolate
  
    Popular: 18 por 100 de manteca de cacao; 32 por 100 componentes de cacao; 14 por 100 cacaos seco desgrasado.
    Fino: 23 por 100 de manteca de cacao; 37 por 100 componentes de cacao; 14 por 100 cacaos seco desgrasado.
    Extrafino: 28 por 100 de manteca de cacao; 42 por 100 componentes de cacao; 14 por 100 cacaos seco desgrasado.

Chocolate con leche

   Popular: 1,5 por 100 grasa de leche; 6 por 100 sólidos totales de leche; 4 por 100 cacaos seco desgrasado.
   Fino: 2,6 por 100 grasa de leche; 10 por 100 sólidos totales de leche; 4 por 100 cacaos seco desgrasado.
   Extrafino: 3,5 por 100 grasa de leche; 14 por 100 sólidos totales de leche; 4 por 100 cacaos seco desgrasado.
   Desnatado: 10 por 100 sólidos totales de leche; 4 por 100 cacao seco desgrasado.

Chocolate blanco

    20 por 100 de manteca de cacao; 14 por 100 sólidos totales de leche; 3,5 por 100 grasa de leche.
Existe una gama de chocolates que llevan en su composición diversos frutos secos, frutas, cereales, de diferentes sabores (café, miel, etc.) y rellenos, pero que no se van a describir aquí por no utilizarse con frecuencia en pastelería.

Bombones de chocolate

  Son preparados, de forma y tamaño característicos, que contienen como mínimo un 10 por 100 de chocolate o de cobertura. Los rellenos de fruta contendrán un 5 por 100 como mínimo de fruta. Los rellenos de licor un 6 por 100 como máximo de alcohol absoluto.

ADITIVOS

    La rápida introducción de las técnicas en la industria alimentaria y la modificación de los hábitos sociales han provocado el uso generalizado de los aditivos alimentarios, de forma que es raro el alimento que no lleve incorporada alguna sustancia química.

Definición

    Aditivos: se denomina así a aquellas sustancias expresamente autoriza das que pueden ser añadidas intencional mente a los alimentos y bebidas, sin propósito de cambiar su valor nutritivo, con el fin de modificar sus caracteres, técnicas de elaboración o conservación, o para mejorar su adaptación al uso a que son destinados.

Clasificación y denominaciones

    Por su origen, los aditivos alimentaríos se clasifican en naturales y sintéticos.
En función de su acción, se establecen los siguientes grupos de aditivos alimentarios:

Colorantes. Son aquellas sustancias que proporcionan, refuerzan o varían el color de los productos alimentarios. En pastelería se usan en tres estados diferentes: sólido (polvos), líquido (en diferentes disoluciones de agua o alcohol) y en forma de pasta (se usan principalmente en caramelería).
Colorantes para la coloración en masa y en superficie de productos alimenticios 
Carotenoides
Xantofilas
Colorantes para la coloración en superficie solamente

Conservantes. Son aquellas sustancias que se añaden a los productos alimentarios para protegerlos de alteraciones biológicas como la fermentación, el enmohecimiento y la putrefacción. No son de uso frecuente en la pastelería artesana, ya que la venta y el consumo de los productos se hace en el día, y sí en la pastelería industrial, donde la venta y el consumo se realizan a plazos medios o largos.
  
Antioxidantes. Son aquellas sustancias que se añaden a los productos alimenticios para impedir o retrasar las oxidaciones catalíticas, los enrancíamientos naturales o los provocados por la acción del aire, la luz, el calor, indicios metálicos, etc.

Sinérgicos de antioxidantes. Son las sustancias que, sin ser antíoxidantes, en presencia de éstos refuerzan su acción. Se incluyen, por tanto, en este grupo los secuestradores.
Productos que sólo tienen acción antioxidante
Productos con acción antioxidante, además de otras acciones
Sinérgicos de antioxidantes

Estabilizantes. Son aquellas sustancias que impiden el cambio de forma o naturaleza química de los productos alimenticios a los que se incorporan, inhibiendo reacciones o manteniendo el equilibrio químico de los mismos. Se usa con asiduidad en la fabricación de helados.

Emulgentes. Son aquellas sustancias que, añadidas a los productos alimenticios, tienen como fin mantener la dispersión uniforme de dos o más fases no miscibles.

Sustancias espesantes. Son las que se añaden a los productos alimenti­cios para aumentar su viscosidad como: carragenos, granos de algarroba, granos de guar, etc., no comprendidas dentro de los almidones o féculas.

Sustancias gelificastes. Son las que se añaden a los productos alimen­ticios para provocar la formación de un gel; se usan en la confección de gelatinas, jaleas y mermeladas y se encuentran dentro de éstas: el agar­agar, alginatos, pectinas, etc.

Agentes aromáticos. Son aquellas sustancias que proporcionan olor y sabor a los productos alimenticios a los que se incorpora. Es el caso de la canela, la vainilla, la matalahúva, las esencias sintéticas sustitutorias de aromatizantes naturales, etc.

Potenciadores de sabor. Son aquellas sustancias que se añaden a los productos alimenticios para intensificar su sabor, como es el caso de los glutamatos.

Edulcorantes artificiales. Son sustancias sápidas sintéticas que, sin tener cualidades nutritivas, poseen un poder edulcorante superior al de cualquiera de los azúcares naturales a los que sustituyen o refuerzan.

Antíaglutinantes. Son aquellas sustancias que, añadidas a los produc­tos alimenticios, impiden su aglutinación, floculación, coagulación o pepti­nización.

Anti apelmazantes. Son aquellas sutancias que se añaden a los pro­ductos alimenticios para evitar que pierdan la textura que requieren para su consumo.

Reguladores del PH. Acidulantes, alcalinizantes y neutralizantes. Son los ácidos, bases y sales que se añaden a los productos alimenticios para controlar su acidez, neutralidad o alcalinidad.
Ácidos
Bases
Sales

Antiespumantes. Se consideran como tales aquellas sustancias que se utilizan para evitar o controlar la formación de espuma no deseable en la fabricación de productos alimenticios.

Humectantes. Son aquellas sustancias que tienen afinidad por el agua, con acción estabilizadora sobre el contenido de humedad conve­niente de los productos alimenticios.

Gasificantes. Son aquellos productos químicos pulverizados que se emplean como sustitutos de la levadura para la producción de anhídrido carbónico en la masa a la que se incorpora. En pastelería se emplean en la elaboración de los bizcochos, rosquillas, tartas, etc., que llevan grasa en su composición y necesitan de estas, mal llamadas, levaduras en polvo para desarrollar o esponjar estas masas.

    En resumen, la finalidad de los aditivos alimentarios se puede fijar en:
Conservar la composición natural de los alimentos evitando al máximo las pérdidas del valor         nutritivo
Prolongar la duración y estabilidad de los alimentos.
Mejorar sus cualidades organolépticas (color, sabor, aromas, etc.) o modificar su textura. 
Favorecer los procesos de fabricación, transformación y preparación de los alimentos.
Utilización en ciertos alimentos, como componente necesario de los mismos, destinados a personas con necesidades dietéticas.

   El empleo de estos agentes de forma no adecuada puede entrañar algunos riesgos. Estudios toxicológicos y estadísticos, así como la vigilan­cia epidemíológica sobre la población, permiten establecer algunos con­ceptos sobre la utilización y consumo de los aditivos:
Dosis máxima sin efectos: se considera que un producto no es tóxico cuando su dosis habitual de utilización es muy inferior a la dosis que ocasiona toxicidad.
Dosis diaria admisible (DDA) o ingesta diaria admisible IDA): es la dosis diaria que puede admitirse, en razón de su prolongada absor­ción durante un largo período de tiempo, sin que se ponga en peli­gro la salud del consumidor.
Dosis de incorporación a los alimentos: la ingesta diaria admisible de un aditivo debe repartirse entre los diferentes alimentos que componen la dieta usual de una población. Como es lógico, las variaciones de los hábitos de consumo de los diferentes países y regiones, y los hábitos individuales, hacen difícil el establecer un cálculo de estas dosis.
Como norma general, se aconseja no abusar de los alimentos en cuya elaboración intervengan numerosos aditivos y diversificar al máximo la dieta, con el fin de paliar el posible peligro de toxicidad acumulativa.



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